Alicia Morales continuará un año más como capitana del Hierros Díaz Extremadura Miralvalle. La jugadora placentina se sube al carro del proyecto en Liga Femenina 2 y apuesta por el equipo de su ciudad en otra temporada que promete estar cargada de emociones.

La capitana ha sido fundamental en el crecimiento del equipo en las últimas campañas, ascendiendo de nivel y mejorando sus prestaciones de manera paralela al equipo. Hoy es un día importante y de mucha felicidad en la gran familia que forma el club por tener el privilegio de tener un año más a una jugadora con ADN Miralvalle.

Alicia Morales Sancho (Plasencia, 28-04-1998) es un ejemplo de compromiso y amor por los colores del club, en donde ha estado desde pequeña. Esta será su 18ª temporada en el conjunto placentino. Fue líder del equipo que logró la temporada perfecta en 1ª Nacional, el año siguiente fue la máxima asistente de los tres grupos de Liga Femenina 2 y, ya en Liga Challenge, volvió a ser la mejor pasadora, con 4,28 asistencias de media por partido.

Alicia Morales comenzó en Miralvalle con siete años. Ha pasado por todas las categorías inferiores del club y por el equipo senior, en donde cumplirá su séptima temporada con el 10 en la espalda.

“Estoy muy contenta de seguir un año más en el club. Creo que puede ser un gran año tanto a nivel personal como deportivo para intentar estar lo más arriba posible después de una temporada difícil. Tengo muchas ganas de empezar y de volver a ver las gradas del pabellón llenas e ilusionar a toda la gente que nos sigue”, asegura la jugadora placentina.

El CP Miralvalle destaca también el compromiso que siempre ha tenido Alicia Morales con la entidad, con la que colabora también en la formación de sus jugadoras más pequeñas.

“Es una jugadora clave para nosotros, tanto dentro como fuera de la pista. Es el timón del equipo, capitana y este año con más presencia ofensiva. Es la continuación del entrenador en la pista y tenemos la confianza de que pueda ser de las mejores bases de la liga”, asegura el entrenador del primer equipo, Raúl Pérez.

Además del histórico ascenso en el primer año del club en LF2, en sus años en el CP Miralvalle ha podido conseguir cuatro campeonatos de Extremadura y la Copa de 1º Nacional Castilla La Mancha – Extremadura. Además también ha defendido los colores de la selección extremeña, con la que consiguió un histórico Campeonato de España Preferente en Cáceres en categoría Cadete.


Para estos momentos complicados, el Nuevo Plasencia ha tenido que tirar de imaginación para aportar su granito de arena para hacer que este confinamiento resulte lo más ameno posible a los niños del club.

En primer lugar, hicieron su particular Reto Challengue, que consistía en dar el mayor número de toques posibles con un rollo de papel. Participaron desde zagalines hasta juveniles. Añadían, al final, el mensaje “Yo me quedo en casa”. 

En las primeras dos semanas, además, alevines infantiles y cadetes tuvieron que realizar una tarea de entrenamiento en la que hubiera varias acciones técnicas. “La verdad es que te sorprende la imaginación de los niños. Alguno tiene madera de entrenador”, comentaba su entrenador Alberto Hurtado. Dentro de los primeros 15 días de cuarentena, también realizaron algún trabajo físico.

Tras saberse que se alargaba el estado de alarma, desde el club mandaron tres dibujos para colorear: escudo, muñeco y un modelo de equipación en la que los niños podían colorearla como tal o hacer su propio diseño).

Y durante esta semana van a estrenar su propio programa de radio.'Tiempo de Juego en tiempo de cuarentena'. “Se trata de una iniciativa de Hugo, uno de los entrenadores del Alevín B, que consistirá en grabaciones de vídeo para conocer a entrenadores y niños”.

Además, el club ha aprovechado este parón para comenzar a planificar la próxima temporada y su campus de verano. “El campus vamos a presentarlo con total normalidad en los próximos días sacando el plazo de inscripción, pero todo va a depender de como este la situación en junio y sepamos con total seguridad si lo podemos realizar”, dice Alberto Hurtado.




El Periódico / La unidad aérea de la Policía Local de Plasencia está colaborando desde el inicio del confinamiento en la vigilancia del cumplimiento de las medidas decretadas por el Gobierno Central. Como demostración, ha editado un vídeo que ha subido a YouTube, que muestra las calles vacías, desde el polígono industrial al cementerio o el polígono de La Data, al otro extremo.


El placentino César Castro batió el pasado 13 de marzo en Edimburgo su récord de España de los 200 metros libre, con un tiempo de 1:47.45, que rebaja en 40 centésimas el que él mismo estableció en la primera posta del relevo 4x200 durante los Campeonatos de Europa de 2018 en Glasgow.

Roberto Iniesta, líder de Extremoduro, ha compartido este miércoles a través de las redes sociales una canción desde su aislamiento con un breve mensaje para sus fans. "Hola a todos, espero que lo llevéis lo mejor posible. Me gustaría daros un poco de ánimo. Una vez me dijo mi primo Potri, Antonio Ojea, que no le gustaba que le vieran haciendo bocetos cuando dibujaba. Literalmente, me dijo que para él era como si le vieran cagando", dice Robe. Y aún añade: "Y le comprendí, porque a mí me pasa un poco igual, así que seguramente me arrepentiré de este vídeo, pero no importa. Afortunadamente, en mi vida, he hecho muchas cosas de las que luego me he arrepentido".

LETRA DE LA CANCIÓN
El mundo ahora parece detenido
y ya no gira como tiene que girar,
y yo, para encontrar el norte, miro
en busca de una estrella fugaz.

Y tú como si no fuera contigo.
Qué pena, qué pena,
qué penita que te tengas que marchar,
que no puedes llegar tarde a la cita
que tienes con la Estrella Polar.

Que el mundo gira y gira sin sentido,
descontrolados,
nos lleva en el espacio, fugitivos,
de lado a lado,
y avanza lentamente al infinito,
y yo... yo me quedo contigo aquí,

que el tiempo pasa siempre a nuestro lado
y, ay, ahí no se queda.
Y "ahora" se ha convertido en "pasado"
y no nos espera
y cabalga desbocado al infinito,
y yo... yo me quedo contigo aquí.
¡Besos y abrazos!

El Coronavirus (COVID19) también se está haciendo notar y de qué manera en el deporte. A falta de competición deportiva y el obligado parón general por motivos obvios, los integrantes del equipo ciclista Extremadura-Ecopilas acaban de conocer cómo será exactamente la equipación oficial con la que deberán afrontar lo que quede de temporada 2020. 

La firma alavesa Spiuk seguirá siendo la encargada de vestir a las mujeres y hombres de la escuadra extremeña un año más y ya van nueve temporadas ininterrumpidas como espónsor técnico de este club. 

La línea escogida es la denominada Max, especialmente fabricada para la máxima exigencia competitiva, es la que muy pronto vestirán los bikers.



Los colores verde y negro acaparan más espacio 
El diseño que acaba de llegar a la sede del club placentino presenta algunas modificaciones donde prácticamente desaparece el color rojo, con excepción de la marca inequívoca de otro fiel colaborador como es La Chinata Pimentón Ahumado y su mundialmente conocido “oro rojo de La Vera”. 

La Dirección General de Deportes de la Junta de Extremadura a través de la Fundación Jóvenes y Deporte y la Fundación Medioambiental Ecopilas seguirán siendo los principales mecenas de este proyecto y de ahí que los colores verde y negro gozarán todavía más de protagonismo en la ropa de competición y prácticamente coparán todo el espacio disponible. 

Quizás venga este cambio como consecuencia del carácter netamente extremeño del equipo, donde gracias a todas y cada unas de las firmas comerciales colaboradoras será el más amplio de su historia con nada menos que siete deportistas. Todos nacidos y criados deportivamente en Extremadura, con especial mención a la incorporación de jóvenes talentos de la cantera regional del btt, tanto de la propia Escuela Ciclista del Club GR100 MTB como de otros clubes autonómicos o el aumento de la participación de la mujer extremeña en la alta competición del BTT. 

El Ayuntamiento de Plasencia a través de su Concejalía de Deportes, las tiendas especializadas GR100 Brand Store Specialized que redoblan esfuerzo este año, Infisport, GAEDAF, Repare Sport, Acción Tr3s.com y NR Media junto a las anteriormente empresas y entidades citadas aunarán trabajo y empeño para intentar mantener un año más en lo más alto de ciclismo nacional de montaña este proyecto.

Juan Carlos Ramos / En Plasencia, con esto de la pandemia, los argentinos se quedan en casa. Cuando todos los jugadores y jugadoras foráneos de equipos placentinos han emprendido camino a sus hogares familiares, los casi únicos en permanecer en sus domicilios profesionales son dos deportistas argentinos. Por una parte, Walter Navarro, lateral izquierdo de la UP Plasencia. Por otra, Tomás Cavallero, escolta del Adepla de la Liga EBA. 

El caso más curioso es el del baloncestista de Buenos Aires. Llegó a Plasencia el 25 de febrero, debutó con victoria el sábado 29 en casa ante el Cazorla (84-79) y volvió a repetir triunfo en Mijas el sábado 7 de marzo (74-83). Y eso fue todo. El inicio del confinamiento y del estado de alarma acabaron con la esperanza de seguir viendo en acción a una de las grandes joyas del basket de Argentina. 

Y es que su fichaje resultó llamativo a propios y extraños. Con solo 21 años, Tomás Cavallero ya sumaba cuatro temporadas en el primer equipo del Boca Juniors, uno de los tres grandes de la liga nacional de básquet junto a Ferro Carril Oeste y Atenas de Córdoba. Además, había participado con Argentina en el Campeonato del Mundo 3x3 Sub-18 de Kazajistán. «Quería salir de Argentina porque la formación del jugador joven desaparece en el profesionalismo y se piensa más en lo táctico y en ganar el partido siguiente», reconoce Tomás Cavallero. 

A través de Juanjo Bernabé, histórico del Plasencia Ambroz y del Cáceres CB, decidió que era hora de saltar el charco y seguir progresando en España. Cuando aterrizó, se encontró cerradas las puertas de equipos LEB. Las únicas plazas disponibles estaban reservadas para americanos o jugadores con más experiencia. De esta forma, a través de la conexión extremeña de Juanjo Bernabé, decidió aceptar la opción de Adepla, más allá de que fuera un equipo EBA y estuviera jugando la fase por la permanencia. Los 28 puntos y 27 de valoración en Mijas dan buena muestra de su potencial. «La intención no era venir a EBA, pero las cosas se dieron así. Igualmente me ha sorprendido el nivel de la liga, no es fácil tener una cuarta categoría con esta calidad. También me ha gustado el perfil del Adepla, un equipo muy joven y con chicos con mucho talento», decía Cavallero. 

Cuando los sucesos se sucedieron tras el 8 de marzo, apenas hubo tiempo para reaccionar. Primero se cerró la liga. Luego, se cerraron las calles. «Decidí quedarme en Plasencia con la esperanza de que se pudiera reanudar la competición. Luego, en familia, acordamos que lo mejor era quedarme en España, porque pasar por el aeropuerto de Madrid era correr mucho riesgo», asume el jugador. 

En el inicio de la cuarentena, los días se hicieron muy largos. Luego, decidió tomar una actitud más proactiva. «Al principio quise acortar los días, dormir más... pero no me servía, me aburría mucho. Así que empecé a trazar rutinas de estudio y de ejercicios con pesas y bandas elásticas, implicarme en actividades que llevaran más tiempo como la cocina, aunque hay que tener cuidado con las calorías». 

Lógicamente, la comunicación con la familia es esencial para sobrellevar el aislamiento. «En Argentina se han tomado buenas medidas viendo lo que ha sucedido en España e Italia. Lo que pasa es que allí no tenemos los recursos si el virus nos golpea tanto como en España. Por eso tenemos a mis abuelos más encerrados que a nadie».

Diario Marca / Hoy era el día marcado desde hacía meses en el calendario particular del nadador César Castro. Era la jornada en la que se iba a disputar la prueba de los 200 metros libres de los Campeonatos de España Open, clasificatorios para los Juegos de Río, y suspendidos debido a la pandemia de coronavirus. Castro esperaba conseguir por segunda vez una mínima olímpica, alentado por el récord nacional de la prueba que batió inesperadamente el pasado día 13 en Edimburgo. Pero al igual que en 2016, el destino le ha hecho un regate y los Juegos Olímpicos vuelven a alejarse. 

Hace cuatro años, aún en edad júnior - subcampeón mundial de los 800 libre-, se clasificó para los de Río en la prueba de los 1.500. Pero ese verano no pudo competir, ni el siguiente en los Mundiales, debido a la primera de una serie de lesiones en sus hombros que le llevaron por tres veces al quirófano. Castro tuvo que reconvertirse como nadador, bajar de prueba porque sus hombros no le permitían entrenar ni tantos metros ni a tanta intensidad. 

En los 200 ha encontrado la distancia en la que puede desarrollar su talento. En los Europeos de 2018, la primera competición internacional que pudo disputar en dos años, batió por primera vez el récord nacional en una prueba de relevos (1:47.85), y hace tres semanas le asestó un buen bocado (1:47.45), acercándose a la mínima olímpica (1:47.02) que quería alcanzar hoy en el Open. 

"Me sorprendió porque no habíamos preparado esa competición, aunque los entrenamientos acumulados habían sido bastante buenos. Habíamos planificado competir allí para ajustar la estrategia de cara al Open", señala César desde su domicilio en Plasencia, donde se recluyó nada más regresar de Edimburgo. Allí nadó con rivales de primer orden como los británicos James Guy o Duncan Scott, uno de los que le hizo el vacío al chino Sun Yang en el podio en los pasados Mundiales. 

Su récord coincidió con la entrada en vigor del Estado de Alarma en España y la clausura de todas las piscinas y centros de entrenamiento. "Llegamos a temer que no pudiésemos regresar", asegura César, recordando cómo iban conociendo las noticias que se sucedían. De vuelta, en vez de ir a su club, el Santa Olaya de Gijón, se dirigió directamente a su domicilio familiar. 

Allí conoció el aplazamiento de los Juegos de Tokio. "Otra vez, a nada de clasificarme, se vuelve a liar", pensó el nadador, que en este ciclo olímpico, y debido a sus lesiones, sólo ha podido disputar internacionalmente aquellos Europeos de 2018. "No iba a tener sentido ir a Tokio este verano en estas condiciones. Para nosotros, los nadadores, dejar de entrenar dos semanas supone perder toda la forma y meses de preparación. Era una gran incertidumbre y cuando se supo que los aplazaban un año para nosotros fue la mejor decisión", asegura. 

Si en algo puede beneficiar a César Castro el retraso en un año de los Juegos es el mayor margen que va a tener para recuperar parte del tiempo perdido en temporadas anteriores por sus lesiones, prepararlos mejor e, incluso, volver a nadar distancias en las que destacó de joven. "Una prueba como el 800 o el 1.500 necesita mucho entrenamiento, no sólo acumulado de un año, sino de varios y eso lo tengo bastante perdido", advierte. "Nuestro plan es intentar ir recuperando pruebas largas, pero no es fácil, porque ahora hay otro parón y volver a recuperar las sensaciones y los ritmos de entrenamiento es complicado, y requiere mucho tiempo". 

En su confinamiento, Castro intenta conservar parte de la forma física que le llevó a mejorar su récord de España. "Pero no es entrenar", admite. "Poca cosa, bicicleta para mantener la condición aeróbica, un circuito con cuatro pesas que tengo, trabajo de 'core' y abdominales", enumera. 

Para César no es una situación desconocida. Su carrera se ha visto interrumpida en varias ocasiones por las lesiones. "Por desgracia es mi cuarto parón, pero éste es diferente a las veces anteriores, en las que tenía que hacer una rehabilitación, empezar con mucha precaución, todo muy controlado. Se supone que ahora no vamos a estar tanto tiempo parados", confía. Él, podría deducirse, está más preparado mentalmente para soportar el alejamiento del agua, algo que atormenta a la mayoría de sus compañeros. "No tengo tanta presión, ni esas dudas de a ver cómo me encuentro cuando vuelva. Obviamente, es una 'jodienda', pero es lo que toca ahora, y cuando podamos regresar a los entrenamientos, a muerte".

Juan Carlos Ramos / Cuando el 17 de julio de 1936 dos coroneles y otros oficiales se sublevaron en Melilla, pocos se podían esperar que la vida, tal y como la conocían los españoles, se iba a acabar. También el fútbol, que en esa época ya era el deporte rey en toda España. Y en Extremadura. La crisis del coronavirus nos retrotrae a aquellos tiempos pasados y oscuros. Desde hace más de ochenta años, el fútbol regional no ha sufrido un parón de tales características. La Guerra Civil dejó a Extremadura sin fútbol durante cuatro años, desde el 2 de febrero de 1936 hasta el 10 de marzo de 1940. 

En la última temporada antes de la contienda, ocho equipos competían en la Primera Regional Extremeña: Racing Badajoz, Sport Club Badajoz, Azuaga, Extremadura, Cacereño y Emérita. El 5 de enero del 36 acabó la liga con el Racing Badajoz como campeón. Luego buscó el ascenso a Segunda División en una eliminatoria ante el Racing de Córdoba. En la ida, ganaron los cordobeses por 1-0. En la vuelta, en el Vivero, ganó el Badajoz por 2-1. Era el 2 de febrero de 1936 y ese fue el último partido en tierras extremeñas en los siguientes cuatro años.Aún hubo un partido de desempate entre ambos equipos, pero se disputó el 9 de febrero en el campo madrileño de El Parral, en El Retiro. Ganó el Córdoba por 2-1. Suyo también fue el ascenso. 

Cuando la vida se paró el 17 de julio de 1936, el fútbol trató de mantener viva la llama en algunos sitios de la península. Durante este lapso se crearon campeonatos de todo tipo, pero ninguno reconocido por la Federación Nacional de Fútbol, nacida en 1937 con la finalidad de relanzar los campeonatos en suelo del bando nacional. Un ejemplo fue la Liga Mediterránea, con equipos catalanes y valencianos. También se disputó la Copa de la España Libre o Trofeo Presidente de la República, que se llevó el Levante. 

El fútbol también se tornó en herramienta propagandística. Por una parte, la Selección de Euskadi realizó una gira de partidos por Europa y la Unión Soviética. Por otra, la España del bando sublevado jugó algún encuentro (el primero en Lisboa y el segundo en Vigo), con dos lógicas derrotas. 

Víctimas 
Pero Extremadura no estaba para fútbol, sobre todo al inicio de la Guerra, y sí para llorar a los muertos. Por ejemplo, el Extremadura FC perdió a sus dos últimos presidentes, Saturnino Merino y Miguel Villena. Merino alternó la portería con la presidencia. Cuando quiso volver a ponerse bajo palos, pensando en la 36/37, Villena tomó el mando, cuenta el libro 'Historia del CF y la UD Extremadura'. 

Miguel Villena, contratista de obras, accedió al cargo con 30 años y ni siquiera tuvo tiempo de estrenarse, puesto que ambos serían asesinados en la cárcel de Almendralejo el 7 de agosto de 1936. Saturnino Merino, además, cayó junto a su padre y hermano, por el hecho de pertenecer a una clase social acomodada. Más adelante, combatiendo, la guerra también se llevó a Francisco Cotilla, secretario en época de Merino. 

En Badajoz también fue ejecutado por milicianos Antonio Béjar Martínez, autor de las crónicas deportivas del Diario Hoy. El 9 de agosto del 36 fue arrestado en su domicilio de Bravo Murillo por prestar servicios en una cabecera de adscripción católica y fusilado en Puerta Trinidad. Con la entrada de Yagüe días después, otros muchos del mundo del fútbol corrieron su suerte. 

Casi al final de la Guerra, la Federación Española de Fútbol reanudó las actividades para dar sensación de normalidad. Puso en marcha de la Copa del Generalísimo. Participaron los campeones de Aragón, Andalucía, Galicia, Cantabria, Bilbao, Guipúzcoa y Navarra, con el Sevilla ganando en la final al Racing de Ferrol en Montjuic. «Quedan al margen, por esta vez, Asturias, León y Extremadura, por ni poder presentar con probabilidades de éxito un mínimo de cuatro clubes, que es lo que se exige por región para la eliminatoria», decía el ABC el 2-12 de 1938. Extremadura, diezmada por la Guerra, no tenía ni elementos humanos ni materiales para comparecer a esa Copa. Y si los tenía, jugadores y equipos estaban bajo tutela militar, como el Regimiento de Infantería de Badajoz, el acuartelamiento temporal de Plasencia o el campo cacereño de Cabezarrubia, convertido en parque militar de automovilismo. 

Con la Guerra Civil finalizada y el régimen instaurado, el fútbol acabó por regresar a Extremadura el 10 de marzo de 1940 con el Campeonato Regional Extremeño, que se dividió en dos grupos. En el grupo 1 se enmarcaban SD Emeritense (antiguo Mérida), Deportivo Caballo Blanco (antiguo Extremadura FC) y Sport Club Badajoz (antiguo CD Badajoz); y en el grupo 2, Racing Club Cacereño (antiguo Cacereño), CD Constancia Plasencia (Los Calixtos) y AD Placentina. Estos dos últimos darían forma al actual Plasencia al año siguiente. Esa histórica jornada se saldó con un Badajoz-Extremadura: 6-1 en El Vivero y un Constancia-Cacereño: 3-1 en el campo placentino de San Calixto. En abril se enfrentaron los campeones de cada grupo, Badajoz y Cacereño, para dilucidar el campeón de Extremadura y el ascenso. El 21 de abril del 40, el Badajoz dejó la eliminatoria decantada con un 1-5. Una semana después, el Racing ganó por 2-4, pero fue el Badajoz quien logró subir al año siguiente a la recién creada Tercera División. Con la prohibición de anglicismos, equipos como Badajoz o Cacereño tuvieron que abandonar su nomenclatura para ir adaptándose a sus señas de identidad actuales.